
…Y DOS VASOS AL DÍA
Por la mañana para abrir boca. Por la noche para no perder la razón. DERRAMÉ UNO. Plástico resbaloso. Hambre. Temblor. «Tenía té… y ya no» y se fue toda la felicidad. Los muchachos compartieron el suyo. Un trago. Azúcar en el fondo. VIDA. AL DÍA SIGUIENTE DE NUEVO DOS. Me los bebí. NADA ES PARA SIEMPRE. Ni el dolor. Ni el silencio. Ni el miedo. Solo esta botella cortada… …y unas manos que ya no tiemblan… fuente del video ㅤ