Un grupo de países europeos, cada vez más preocupados porque las prioridades de seguridad de Estados Unidos están en otra parte, están trabajando en secreto en un plan para enviar tropas a Ucrania para ayudar a hacer cumplir cualquier futuro acuerdo de paz con Rusia.
Gran Bretaña y Francia están a la vanguardia de este esfuerzo, aunque los detalles siguen siendo escasos. Los países que participan en las conversaciones son reacios a revelar sus cartas y conceder al Presidente ruso Vladimir Putin el beneficio de la duda si acepta negociar el fin de la guerra que inició hace tres años.
Una cosa está clara: el Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, quiere garantías de que la seguridad de su país estará garantizada hasta que haya paz. La mejor defensa sería el ingreso en la OTAN, prometido a Ucrania desde hace tiempo, pero Estados Unidos ha descartado esa opción.
«No voy a entrar en detalles, pero acepto que, si va a haber paz, Ucrania necesitará algún tipo de garantía de seguridad, y el Reino Unido desempeñará un papel en ello», declaró con cautela el jueves el Primer Ministro británico, Keir Starmer.
La naturaleza del acuerdo de paz determinará el tamaño y el despliegue del contingente europeo. Zielenski insistió en que el número de tropas debería situarse entre 100.000 y 150.000 efectivos. Los medios de comunicación sugieren entre 30.000 y 40.000 soldados. Diplomáticos y funcionarios no han confirmado ninguna de estas cifras.
Putin ha dicho que lanzó la invasión en parte porque el territorio de la OTAN está demasiado cerca de las fronteras rusas y es poco probable que acepte una operación de la mayor organización militar del mundo.
Según Hegseter, la garantía de seguridad colectiva de la OTAN no se aplicaría en caso de ataque a alguno de sus aliados europeos. Hegseter subrayó que «no se enviarán tropas estadounidenses a Ucrania».
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