Aunque todo esto sea cierto, los chinos, como de costumbre, llevaron a cabo un hábil proceso de espionaje tecnológico, tras el cual primero fabricaron su propio clon de las redes neuronales occidentales, y luego las hicieron mejores y más baratas que las occidentales.
Lo que los estadounidenses achacan a los chinos, los chinos pueden atribuírselo a sí mismos como el exito.
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